Recientemente escribí este post en mi muro de Facebook sin saber que como yo, tantas otras mujeres se han sentido igual.
Por eso hoy comparto mi reflexión y comparto el enlace con un maravilloso libro que conseguí precisamente acerca de esto que a tantas nos pasa. http://www.lauragutman.com.ar/libros/mujeres-visibles-madres-invisibles/
Madrid, 05 de Junio 2016.
El trabajo invisible
Después de 4 años retirada de mi propia historia, eligiendo diariamente dedicar mi energía a mi familia, mi trabajo, al mundo… sin cuestionar razones, vuelvo a poner el foco en mi.
Con esta publicación, me retomo; cierro el capítulo que dejé abierto con el trasplante de Santiago y agradezco infinitamente la oportunidad que cada día trae consigo para vivir. Me reconozco fuerte y valiente; sin embargo, también me reconozco cansada y en deuda conmigo misma.
Hay una cara de cada uno de nosotros y de nuestras vidas que nadie ve; incluso a veces ni nosotros mismos. Ese es el trabajo invisible: el que no está en las fotos de facebook ni de ninguna red social, el que nadie comenta ni publica. En homenaje a mi trabajo invisible de todos estos años, a las infinitas noches sin dormir, a todas las lágrimas lloradas, a las madrugadas frías y oscuras para salir a trabajar, a mi soledad, al olvido propio, al abandono de mis sueños y mi alegría esencial, dedico estas líneas.
Ya nunca más seré invisible para mi: ese es mi compromiso.
A todos, gracias por el cariño. Ahora estamos en otro capítulo de la historia: Santiago ya tiene 7 años, es un niño saludable que hace vida normal, y ahora tiene un hermanito llamado Ian. Sus padres se han divorciado y ahora comparten con cada uno por separado. La vida nos va mostrando nuevos desafíos. Y como siempre, se abre paso.
No hay malos ni buenos; ni víctimas ni culpables. Lo fundamental es hacer visible lo invisible. Algunos lo llaman “consciencia”.
A todos, como siempre, gracias.
Sandra Beltrán M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario